Durante estas semanas hemos estado arreglando la parte más baja del campo de Montañana para plantar.
Después de arrancar la broza que crecía libremente, regar a manta y subsolar, procedimos al labrado con nuestro fantástico Ford azul, que se comportó como un mozo.
Esta fue la faena más fácil. Plantar y regar resultó más cansado, pero nadie nos dijo que fuese fácil.
Por fin, el jueves quedó terminado y solo queda esperar a que coles, ensaladas, esquerolas, nabos y cardos se críen con amor.